Son ya varios años leyendo las crónicas, disfrutando las fotografías y admirando en su conjunto las aventuras que afronta Pedro con la bicicleta.
Todo un explorador vital que colecciona sensaciones, descubridor incansable de paisajes y conquistador de rincones no frecuentados.
Y de pronto, osado de mí, me encuentro compartiendo con él una de esas experiencias, magníficamente planificadas, con etapas singulares, agotadoramente hermosas, con horas de pateo con la bici a la espalda (ya sea trepando por pedrizas o bajando por el cauce de arroyos), incertidumbres, risas, situaciones abracadabrantes y sobre todo, satisfacciones inconmensurables.
Vamos, que he pasado de estar sentado frente a la pantalla, viendo a Luke Skywalker, a compartir mandos con él en el Halcón Milenario.
Experiencia sin parangón que solo conocen otros afortunados sufridores que le han acompañado en situaciones similares.
Las fotos solo son la captura de un instante cada hora, y el resto de los 3.599 segundos de cada hora quedan para quien lo vive en primera persona.
¡ Felicidades, Pedro, por tu ilusión, planificación y conquista de cada nuevo territorio !
Algunos sienten la lluvia. Otros simplemente se mojan.