Estoy seguro de que Mariano tiene previsto ya todo y pronto conoceremos cómo participar de esta Asociación y la mejor manera de colaborar.
Pero lo mejor es echarse sobre la bici y recorrer los caminos, así que el pasado 17 de julio realicé este tramo con la intención de modificar sensiblemente el track de su recorrido.
Despues de tener las dudas iniciales que planteaba en este mismo hilo, y una vez realizado el recorrido sin mas compañía que mis propios pensamientos, he llegado a la conclusión de que ambos recorridos son compatibles y complementarios, y se puede ofrecer como alternativas entre un recorrido pistero y tranquilo (el propuesto hasta ahora) y otro mas adecuado para los que buscan disfrutar a tope de las mejores sendas del entorno, aunque con la advertencia de que éste segundo es mas exigente y puede entrañar algun riesgo con bici cargada de alforjas.
La diferiencia en el recorrido es simplemente, subir al Sequén por el camino de tierra, y la Senda Bonita en lugar el puerto del Garruchal.
Vamos con la crónica
Empieza este tramo frente a la fachada barroca de la Catedral. Concebida como un retablo, se enfrenta a diario con un edificio moderno diseñado por Moneo... y gana, claro.
http://i139.photobucket.com/albums/q284 ... G_7990.jpg
Cruzo el Puente Viejo, y saludo a la recién restaurada Virgen de los Peligros, que acaba de ser devuelta a su hornacina tras una restauración.
La sardina asoma la cabecita, aunque ya no echa agua... dicen que no hay fontanero que se atreva a batirse el cobre con los patos-cyborg, que se alimentan de incautos sudamericanos con caña y todo.
Paso por la misma puerta de dos establecimientos en los que, en horario adecuado, podría efectuar cualquier reparación en mi bici: Comercial Moto 5 y Mister Moon Bikes. Cuando llego al Canal del Reguerón, en lugar de seguir el track de Pakito, que sigue recto hasta la Subida de la Fuensanta en Algezares, giro a la derecha hasta el siguiente puente. De este modo puedo admirar esta obra ilustrada que tantas vidas y cosechas ha salvado, y subo hasta el Santuario de la Fuensanta por un camino estrecho que bordea la que fué finca de La Cierva.
Llegando al Albergue, tengo la fortuna de encontrarme a un gran amigo, mejor persona y primer presidente del club rutasMTBmurcia, con el que me paro un ratico a ponernos al dia porque hace tiempo que no nos vemos: el gran José Murcia.
Continúo hasta el Relojero con dos pensamientos: la tala de arboles que se ha realizado, seguro que me hubiera removido algo dentro viendolos tirados por el suelo, pero ahora que todo está limpio y arregladico no parece la cosa tan grave.
Mi penoso estado de forma hace que me pasen cienes de bikers, aunque me queda el consuelo de pensar que tengo cien kilómetros por delante... pero aunque sólo hubiera ido a subir el Relojero iría arrastrandome de la misma forma :D
Tras el respiro de Los Puros, inicio la Senda bonita. La mañana está calurosa, pero unas nubes tapan el sol y me dan un poco de respiro.
Justo cuando estoy pensando en que las dificultades que plantea esta senda a una bici cargada con alforjas son evidentes (grandes piedras, pinos en medio de la senda, desniveles...) un gran pedrusco golpea la bici en el pedalier, sacandome el zapato de las calas y me propina un buen golpe en el tobillo. Hay que ir con mi ojos.
Llego al Collado de Villora, me como un platano y ni siquiera en esta apartada orilla mi subsconciente me permite arrojar la piel al suelo
A partir de aqui, el tramo transcurre por una senda como hay pocas en esta zona, hasta el Collado de Ginovinos
Camino de Altahona, vigilado por Columbares, continúo bajo la tregua de un sol que sin embargo deja claro que en cualquier momento se abatirá sobre mi. Disfruto con este paisaje desolado, abandonado, hasta que llego a la primera valla... que ha venido para quedarse hasta el fin del tramo, en Sucina
La carretera hasta Sucina es todo un acierto. Pese a estar abierta al tráfico, en una mañana de sábado, me cruzo con un ciclista y un coche. El resort de Polaris hace subir un cabezo, pero por un carril bici que promete llegar hasta el encuentro con la autovía. Llego a Sucina, me tomo algo en el bar de pueblo que hay junto a la iglesia. A mi lado una pareja de jovenes ingleses desayuna leyendo The Times. Les imito con las tostadas, y de propina dejo... una corteza de plátano!
Un saludo!