pepegar escribió:Mucho hacía ya que el Comi no expiaba sus pecados, QUE SON MUCHOS. No son graves, eso si, pero si reincide mucho porque cada vez que cena, PECA.
Así que en cuanto propuso esta salida para ir hasta Caravaca, y más cuando se convirtió en la Clásica de Abril, me apunté al momento!. Pero... espera... es ida y vuelta desde Murcia? Vamos a darle una pensada, me dije, porque FabiánVW era de la partida y como ya ha puesto la bici en venta despues de alguna salida, decidimos no arriegar y salir desde el Niño de Mula, convirtiendo una panzá de dar pedales en una salidica muy equilibrada.
Si decimos que "salieron seis valientes desde Murcia..." ¿cómo habrá que llamar a uno de ellos, Yomer, que no salió desde Murcia, sino desde su casa en Santiago de la Ribera? Según la wikipedia el término exato es: loco.
Entonces, salieron cinco valientes y un loco desde Murcia dispuestos a recorrer los 80 km de la Via Verde del Noroeste al completo: Comi, Pacopesca, ManoloUM, Zankas, Yommer y Rogelio.
En efecto, todos nos quedamos más tranquilos al saber que iba un médico en la expedición. Un sólo motorcico, el de Zankas, para asistir a los seis valientes!
Fabian y yo hicimos la espera en el Ventorrillo Casa Paco. Puestos a esperar, mejor hacerlo en condiciones. Sabíamos que vendrían a este punto Elbuo y Daniela. Otra valiente, que habrá que ir pensando en darle un número de cabrica pero ya mismo!
Por sorpresa aparecieron tambien Reclutapatoso y Corbis, al que llevaba tiempo sin ver y que me dió la primera alegría de la mañana con su presencia. Y también la segunda: invitó al almuerzo.
En el primer puente despues del Niño vimos a una biker quitando barro con un palo a su bici como si no hubiera un mañana. ¿Pero donde se habrá metido esta chica? En el túnel había un poco de barro, si. En el siguiente ninguno, sólo unas goteras. En el cuarto, justo el anterior al apeadero de la Luz, estaba el fango.
Ante el barro pasa como ante las bajadas escarpadas: el truco es no pararse. Si te paras, estás perdido. Para confirmarlo uno a uno fuimos probando a pasar y metiendo casi todos el pie en 10 cm de barrizal. Seguimos con el sol pegandonos en el lomo. La Via verde es una pista totalmente encharcada, con las dos cunetas hasta arriba de agua.
Llegamos a Bullas, donde el Comi nos enseña un itinerario alternativo, junto a la autovía, que evita subir al centro del pueblo pero sobre todo transitar por callejuelas casi peatonales donde para un grupo mediano o grande de bicis es comprometido y hay que circular con mil ojos.
Nuestro amigo Corbis se despide y da la vuelta, ojalá que volvamos a contar pronto con el habitualmente como antes de ser empresario de éxito, seguro que asi va a ser. Desde el paraje de El Chaparral hasta pasado Cehegín todo eran risas y qué bonito es el mountain bike cuando la pista pica para abajo, pijo!
Llegamos a Caravaca, y resulta que están en fiestas. No recuerdo llegar en bici a Caravaca y que no estén en fiestas, debe ser casualidad. He estado buscando y resulta que justo hoy que venimos es el Dia del Moro. Imagino que habrá otro dia del Cristiano, claro... y en Mayo hacen los Moros y Cristianos. Estos caravaqueños tienen mucho que enseñarnos.
El caso es que sea por que era fiesta mora o porque llegamos a la hora de la comida, la explanada de la basílica de la Santa Cruz estaba completamente vacía. Sólo había una pareja ucraniana, vecinos de Pacopesca, que nos hicieron la foto. El Comi rezó sus cosas, con la supervisión diagnóstica de Rogelio que lo vigilaba de cerca, y como esta vez no venía El Amigo Pepe, ni hubo curas, ni orbi et orbe ni vimos la astillica ni na de na. Media vuelta y para Cehegín.
Paramos en la Estación de Cehegín. Preguntamos si había mesa para once, asi de un minuto para el siguiente, y cuando nos iba a mandar con viento fresco el propietario reconoció entre nosotros al que le hizo una inspección hace cuatro dias,... y que es famoso por cerrar antros de dudosa fama. Así que por arte de magia nos puso mesa, mantel, huevos fritos, patatas, cordero, pollo... y despues de todo esto tambien nos trajo PAN.
He de decir que comimos estupendamente, lástima que no pudimos hacer postre, café y charla, que era lo que apetecía, si no fuera por el detalle de que a algunos les quedaban 70 km por delante... y a uno en concreto más de 100. Pero donde destacó el mesonero fué a la hora del cobro. En medio minuto resolvió el tema: unos con tarjeta, otros con dinero, una parte que puso el club, nos devolvió a cada uno lo suyo sin que tuvieramos ni que pensar. QUE GUSTO, copón!
De nuevo a dar pedales, con las patas de madera pero con la ilusión de llegar a Bullas y coger la cuesta abajo. Esta vez sí que negociamos bien el barro, pues no paramos ni para tomar impulso. De cuanto pasó a partir del Niño de Mula no puedo contar nada, pero lo cierto es que pasé uno de los mejores dias que recuerdo en peregrinación a Caravaca. Rodeado de amigos, de grandes, grandísimas personas, de los que da orgullo tener cerca.
Un dia ganado
Estupendo relato, de la primera clásica Peregrinación a Caravaca.
No lo había leido. Una alegría compartir un ratico con nuestro Corbis. Y salvando la locura de Yomer, que""Crack"".
Y él barro, de los túneles de estos raticos siempre quedan buenos recuerdos. Por lo que se agradece una compañía, osada y de lujo, al frente de la misma Daniela. Que superaron el reto, de forma muy satisfactoria.
Menos yo.
Tú, idea Pepe, de encargar la comida, a la ida, nos daría la oportunidad de organizar parada tranquila pero, no nos demore en exceso.
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