Eso es lo que hemos sido en la mañana del 1 de enero.
La gente pasando vestida de Nochevieja, hechos polvo por los excesos y la noche sin dormir, y nosotros frescos y lozanos, exhibiendo nuestros musculosos cuerpos, sujetos tan solo por el muro de contención de las mallas.
Un inicio de año realmente prometedor, con las mejores esencias de la cabra, que me han desvirgado en el Valle y alrededores.
Jesús, eres el Triki de los descensos. Si compras parcelas es porque te atreves a negociar bajadas que otros ni nos planteamos preguntar al corredor.
En cuanto te ví desaparecer en el hoyo, recordé el lema ("Sólo merece vivir quien...) y te reconocí como paraca.
Diego, hombre, deja al chaval que pistee un poco, jajaja. Joder, macho, te conoces toas las opciones... y hasta al mochuelo de la Virgen.
No sé que me da que te quedaste con ganas de exprimir "tu kilómetro bueno". Me lo dicen las pegatinas que llevaba en mi bici.
Antonio, todoterreno-man, me sorprendiste con tu amor por Diegorro. Una visión imborrable, la de los dos enredados y espatarraos sin pudor entre los pinos. Espero que hayas comenzado bien el año, sin castigo político.
Gracias a los tres por vuestra compañía, y al pulpo y las gambas de Jesús por dejarse inmolar para nuestro deleite.
Saludos
Algunos sienten la lluvia. Otros simplemente se mojan.