Muy buenas crónicas, especialmente las de Alberto y Relente. Yo solo voy a contar un poquito mi experiencia y lo bien que me lo pasé viendo a los primerizos la ilusión que tenían y como lo disfrutaban todo. En especial mi compañero de fatigas, Relente, que a pesar de que iba matao siempre tenía una broma y una sonrisa en la boca, se notaba que estaba disfrutando. Lo que más me jodió fue lo del GPS, pero más que por el valor en sí porque me cortó el rollo. En la bajada hacia el cuartel era cuando mejor me encontraba y cuando más estaba disfrutando. Las fuerzas las llevaba intactas y le dije a Relente, voy a tirar para abajo y te espero en el cuartel y allí comemos y descansamos un rato. Entonces me lanzo a tumba abierta disfrutando como un enano y adelantando gente por las piedras y cuando llego abajo miro y JODER, el GPS a volado. Vuelvo para atrás preguntando y uno me dice: Sí, se te ha caído allí donde el legionario. Yo entendí que lo tenía el legionario pero no era así. Dejé la bici porque ponía el peligro a los que bajaban y me subí andando toda la cuesta, por lo menos 5 Km, preguntando a los legionarios y luego cuando vi que no lo tenían mirando por el suelo. Cuando comprendí que alguien lo habría recogido volví para abajo y esa caminata fue la que me paso factura e igualó mis fuerzas con las de mi compañero de fatigas. Tanto que no conseguí darle alcance hasta el principio de la cuesta del cachondeo, con las fuerzas ya muy mermadas. Me jodió porque no pude comer con él ni acompañarlo en la parte más dura, pero por lo menos pudimos entrar juntos en Ronda cogidos de la mano con una sonrisa de oreja a oreja y muy poca luz en el cielo (y yo que decía que no se me iba a hacer de noche).
En fin, una experiencia más la de este duathlón improvisado.
A destacar el ambiente, la compañía de las cabras, el buen tiempo que hizo (con calor hubiera sido un infierno) y la organización. Aunque este año hubo algún fallo en forma de largos tapones, sin duda ocasionados por las recientes lluvias, pero se debe perdonar por la dificultad titánica de organizar esta prueba y que no sería posible sin la implicación desinteresada de nuestro ejército.
Enhorabuena a todos los que habéis conocido el espíritu cientounero, ya sabéis que a partir de ahora lo lleváis en la sangre como una droga ;-)
En fin, una experiencia más la de este duathlón improvisado.
A destacar el ambiente, la compañía de las cabras, el buen tiempo que hizo (con calor hubiera sido un infierno) y la organización. Aunque este año hubo algún fallo en forma de largos tapones, sin duda ocasionados por las recientes lluvias, pero se debe perdonar por la dificultad titánica de organizar esta prueba y que no sería posible sin la implicación desinteresada de nuestro ejército.
Enhorabuena a todos los que habéis conocido el espíritu cientounero, ya sabéis que a partir de ahora lo lleváis en la sangre como una droga ;-)