https://www.pdfnonstop.com/
Se trata de afrontar la ruta Pedals de Foc, cicloturista por etapas que se realiza entre 3 y 6 días (a elegir duración por cada cual), del tirón en uno solo en formato marcha, con 213 km. y 6.200 m+, y convertido además en Campeonato de Europa de Ultra Marathon.
Este ha sido el reto del año, embarcado por Jose Ros que finalmente no ha podido disfrutarlo por lesión, ejerciendo de "capitán araña" y dejándome como Gary Cooper, solo ante el peligro.
Una auténtica pena, porque su estado de forma era excepcional, muy superior al mío, y además tengo la experiencia previa de cómo se disfrutan este tipo de fiestas en su compañía.
Vielha luce espléndida, con buen tiempo y ambientazo habitual en este tipo de cónclave.
Recogida de dorsales bien organizada, primero hay que pasar por la mesa de los comisarios a confirmar que estás federado (si saltas ese paso te dan el dorsal pero aparecerás como “no presentado”) y no me ponen pegas para recoger la bolsa del corredor de Jose Ros (eso sí, retirando de ella el dorsal), que se pierde la fiesta por lesión.
El briefing es muy básico y mejorable, tanto visualmente en la proyección, como por datos de interés que podrían ser mejores (por ejemplo explicar dónde están los puntos más técnicos o el tipo de bajadas).
Pero se agradece que tanto el alcalde de Vielha como el organizador de la PDF se dirijan a los asistentes en Castellano, puesto que lo entienden el 99% de los presentes, la mayor parte de los cuales vienen de fuera de Cataluña.
Algo que debiera ser tan obvio a veces raya el ridículo en otras pruebas y lugares.
Más aún, lo ocurrido sirve de ejemplo, porque el alcalde bien podría haberse dirigido a los presentes en Aranés (idioma propio del Valle de Arán, distinto al Catalán).
Nos confirman que mañana hará calor, mucho calor, anormalmente elevado para la zona, pese a lo cual y conociendo por experiencias anteriores que en zonas de alta montaña y sobre todo con recorridos de tantas horas, el tiempo puede ser muy variable al cambiar de valle, orientación, etc., decido salir de corto y en la mochila una camiseta interior, escarpines, manguitos e impermeable de Gore que permita que el sudor evapore mientras ciclas sudando subiendo puertos, estrenando prenda que evite cagadas anteriores de sudar como un pollo subiendo puertos bajo “el plástico” mientras llueve, con las consecuencias que luego suele tener.
Odisea en la cena, con cola de ciclistas agotando la pasta que va saliendo de cocina una y otra vez, parece que no hubiera un mañana, muchos nervios y expectativas en las mesas, con la incertidumbre en las caras de casi todos, ante lo cual mi mujer se extraña de verme tan normal, pero es que estoy muy, muy tranquilo, sé que físicamente estoy muy bien, he crecido bastante en el último mes, y sé que el coco también es fundamental para esto y no me va a fallar, estoy muy bien mentalizado para lo que viene, con mis “trucos” habituales en ruta.
Ya estaba preparado mentalmente pero cuando se confirmó la desilusión de que mi compañero Jose Ros se perdía la prueba por lesión, le dí otra vuelta de tuerca a las neuronas para afrontarlo en soledad.
Despertador a las 03:30 h. porque el desayuno en el hotel empieza a las 04:00 h., aunque tras acostarnos pasadas las 11:00 h. prácticamente no pego ojo preocupado por si no sonara el despertador, imagina, después de tanto entrenar y la paliza del viaje, despertarte cuando ya hubiera empezado la prueba... seguro que no fui el único a quien le ocurrió.
Salgo del hotel, que está fuera del pueblo (pero como a 1 Km. de la salida), y a las 04:35 h. y en la zona de salida me sorprendo viendo que no hay mucha gente, tendré delante como a 100-150 participantes, y me doy cuenta que tal vez por la hora tan tempranera, la gente espera hasta los últimos 15 minutos para llegar a la zona de salida, apareciendo, eso sí, todos en tromba a la vez.
En otras pruebas incluso una hora antes hay mucha más gente “cogiendo el sitio”.
Tenerlo en cuenta para el futuro si váis, parece que 10 minutos antes o después marca cientos de puestos en la salida.
Hace unos 14º C, pero sé que se comienza subiendo unos 6 km. al 8-9% hasta alcanzar el túnel de Vielha, y conforme pase el día subirá la temperatura.
Conforman cajón de salida para los Pro´s e inicio a las 05:00 h.
En efecto, a unos 500 m. empezamos rampas de hormigón, con eso hay poco que explicar, algún paroncillo-ralentización que no llega a ser tapón por la propia velocidad a la que se sube, y vamos ascendiendo a todo meter con salpicaduras de agua y barrillo en algunos tramos, ya que los días anteriores hubo tormentas puntuales y también esta madrugada, así que tengo algo de incertidumbre respecto a cómo vamos a encontrar el terreno de embarrado.
A partir de aquí, el relato posiblemente omita muchas cosas e incluso confunda de lugar otras, porque con tantas horas de pedaleo se terminan mezclando las historias, la memoria no registra bien los datos (al menos la mía, hay otros más privilegiados) y algunas cosas no se ubican correctamente.
Una de las circunstancias que no podía controlar y que me inquietaba un poco era el asunto señalización y GPS.
La organización ya avisaba que no había ni una sola señal durante el recorrido, y que había de seguirse de forma autosuficiente por GPS.
Inicialmente, al tener previsto ir en compañía de Jose, no me preocupaba, pensaba llevar un cacharrico de postureo porque lo exige la organización (gracias a PacoJon y Zankas, que me lo ofrecísteis), pero que fuera indicando mi compañero el recorrido como acostumbra.
Pero al quedarme solo le dí muchas vueltas al asunto, incluso hice lo que nunca, revisar dos veces el recorrido por Google Earth para ver si había muchos cruces o aprenderme los más “equivocables”, sobre todo de la segunda parte, puesto que en la primera lo normal era ver gente siempre. Aunque es misión poco menos que imposible memorizar tantos km.
Así que la noche anterior decidí era apretar un poco en las dos primeras horas, con el fin de tener cuanta más gente por detrás mejor para que cuando yo tuviera dudas en cruces o la cagara desconfigurando el GPS por tocarlo sin querer o algo así, solo tuviera que esperar a que alguien me pasara para seguirle.
Es decir, no pretendía apretar para “ir delante” sino para “no ir muy atrás” y tener siempre gente que me orientara.
Y así lo hice, ayudándome además el hecho ya comentado de que me sorprendí llegando a la salida con poca gente por delante.
De manera que seguí el plan y durante las primeras dos horas apreté bastante por sensaciones, aunque sin poder ver los datos de F.C. en mi ciclocomputador por ser noche cerrada y llevar el foco en el manillar.
Ya en caso analizando datos en el ordenador, veo que fui al 100% de la F.C. durante los primeros 50 minutos, recordando haber aflojado cuando empieza a picar ligeramente hacia abajo dentro del túnel.
Al salir del túnel, se gira a la izquierda y comienza un tramo aún de noche, embarrado y pasando por encima de muchos cursos de agua, lo que será lo tónica habitual del día.
Sorprende la niebla y la humedad tremenda al empezar este tramo, y aunque la niebla no es cerrada y desaparece, la humedad acompaña varias horas hasta que el sol está ya en lo alto, con esa sensación de cuerpo empapado y que no refrigera bien.
El barrillo y piedras mojadas deslizantes hacen que lleve cuidado y no me fíe ni un pelo, aunque la gente me pasa como balas.
Incluso es peligroso bajar andando algunos tramos porque la cala sobre la piedra mojada resbala bastante.
En el primer y segundo avituallamiento de Vilaller y Gotarta (los avituallamientos y el “numero” de puerto son mi referencia durante el día, paso de saber km. u horas que llevo o que faltan) solo lleno el bidón, pero no la camel para evitar peso extra mientras aún no haga calor.
Pero entre ambos y tras la subida del segundo puerto, hay una bajada con ese nombre tan bonico de moda ahora: “single track”, que en murciano es senda estrecha de toa la vida, con mucha pendiente, suelo de tierra húmeda con raíces sobresalientes, serpenteante entre árboles, y además muy técnica, qué digo técnica, hijaputa de las buenas.
A las primera de cambio me veo en el aire, “salto” de la bici dejando que se estrelle sola, librándome por los pelos, la quito de en medio para que siga pasando gente que viene en grupos, bajo a pata unos tramos apartándome continuamente para no estorbar, y al poco de atreverme a montarme, reboto al superar una raíz en una curva, me voy fuera de la trazada, con la suerte de pararme un árbol con el hombro y quedarme enganchado de la mochila en una rama, de la que me tienen que soltar los que vienen por detrás.
Tras esos dos sustos, voy acojonado, bajando prácticamente todo a pata, quitándome del paso para facilitar a los que siguen bajando sin miedo.
Ya sabéis que hay dos forma de reaccionar ante estas situaciones, echarle huevos y superar el miedo, o lo que me pasó a mí, cagarme vivo e ir a peor porque bajas aún más bloqueado por temor a la próxima caída.
Empiezo a pensar que como haya más tramos de estos, menudo día me espera, aunque por otro lado pienso en positivo que si no me he roto nada en esos dos sustos, es que hoy me acompaña el Ángel de la Guarda.
Aunque la consecuencia de la bajada tan lenta es que no se compensa la media de velocidad de las subidas, o sea, que contra lo esperado, el planing de tiempos de paso se verá afectado.
Tenía una previsión de tiempo final y busqué en la clasificación del año anterior los tiempos de paso de participantes con ese tiempo final, haciendo la media de tres de ellos, que llevaba anotados en el perfil.
En el primer avituallamiento llevaba 25 minutos de adelanto, normal sabiendo el apretón que pegué en las subidas de las primeras dos horas, pero en el segundo y tercer avituallamientos llevaba 5 minutos de retraso (en ambos), por lo que empecé a dudar de poder cumplir mi previsión final de 15 h 15 min. a una media de 14 km/h.
El cuarto puerto, Peranea, tiene un piso más estable, menos pedrusquero que los anteriores.
En las primeras horas pasas por encima de muchos pequeños cursos de agua, que te salpican, hasta que llegas a otros que has de cruzar pedaleando y te empapas los pies hasta el tobillo, con tantas horas por delante, pienso en que debiera haber calzado escarpines, aunque con previsión de calor (y sin saber lo que viene de ciclar y caminar por riachuelos) sé que se secarán.
Tenerlo en cuenta sobre todo si participáis con tiempo frío, llevar los pies protegidos.
Tercer avituallamiento en Esglésies y primera fuente donde meto la cabeza para refrescarme, sé que esto me funciona y lo tengo previsto cada vez que pueda.
Son casi las 11:00 h., llevo 6 horas y lleno la camel por vez primera, en los anteriores solo llené el bidón, pero a partir de ahora repostaje a tope de líquido en todos los avituallamientos.
Toca el Coll D´Oli, del que no recuerdo gran parte de la subida, solo el tramo final en el que prácticamente ciclas campo a través por la hierba hasta que es necesario patear los últimos 5 minutos para superar rocas... y cuando lo haces, ves que la gente sigue igual por delante a mucha distancia, superando una y otra vez con porteo las distintas formaciones rocosas, bloques de piedra, escalones, lajas...
Hay veces que consigues montar 30 ó 50 m., hasta que es obligado bajarse nuevamente... en fin, una sorpresa inesperada que vuelve a hacer perder tiempo y alterar la media prevista, porque tiene huevos tardar más bajando que subiendo.
Cuando parecía que ya dejabas atrás los pedruscos, venía un trozo de senda embarrado deslizante, otro curso de agua, otra vez pedruscos, luego una cascada que caía al pasillo (no lo es, pero tipo calzada romana) por donde circulabas, por lo que ciclabas por el cauce del agua en el mismo sentido, luego se complicaba por pedruscos gordos y seguías caminando por el agua por el tobillo...
Menuda trampa el Coll D´Oli, en este plan como durante 1 hora.
Se trata de afrontar la ruta Pedals de Foc, cicloturista por etapas que se realiza entre 3 y 6 días (a elegir duración por cada cual), del tirón en uno solo en formato marcha, con 213 km. y 6.200 m+, y convertido además en Campeonato de Europa de Ultra Marathon.
Este ha sido el reto del año, embarcado por Jose Ros que finalmente no ha podido disfrutarlo por lesión, ejerciendo de "capitán araña" y dejándome como Gary Cooper, solo ante el peligro.
Una auténtica pena, porque su estado de forma era excepcional, muy superior al mío, y además tengo la experiencia previa de cómo se disfrutan este tipo de fiestas en su compañía.
Vielha luce espléndida, con buen tiempo y ambientazo habitual en este tipo de cónclave.
Recogida de dorsales bien organizada, primero hay que pasar por la mesa de los comisarios a confirmar que estás federado (si saltas ese paso te dan el dorsal pero aparecerás como “no presentado”) y no me ponen pegas para recoger la bolsa del corredor de Jose Ros (eso sí, retirando de ella el dorsal), que se pierde la fiesta por lesión.
El briefing es muy básico y mejorable, tanto visualmente en la proyección, como por datos de interés que podrían ser mejores (por ejemplo explicar dónde están los puntos más técnicos o el tipo de bajadas).
Pero se agradece que tanto el alcalde de Vielha como el organizador de la PDF se dirijan a los asistentes en Castellano, puesto que lo entienden el 99% de los presentes, la mayor parte de los cuales vienen de fuera de Cataluña.
Algo que debiera ser tan obvio a veces raya el ridículo en otras pruebas y lugares.
Más aún, lo ocurrido sirve de ejemplo, porque el alcalde bien podría haberse dirigido a los presentes en Aranés (idioma propio del Valle de Arán, distinto al Catalán).
Nos confirman que mañana hará calor, mucho calor, anormalmente elevado para la zona, pese a lo cual y conociendo por experiencias anteriores que en zonas de alta montaña y sobre todo con recorridos de tantas horas, el tiempo puede ser muy variable al cambiar de valle, orientación, etc., decido salir de corto y en la mochila una camiseta interior, escarpines, manguitos e impermeable de Gore que permita que el sudor evapore mientras ciclas sudando subiendo puertos, estrenando prenda que evite cagadas anteriores de sudar como un pollo subiendo puertos bajo “el plástico” mientras llueve, con las consecuencias que luego suele tener.
Odisea en la cena, con cola de ciclistas agotando la pasta que va saliendo de cocina una y otra vez, parece que no hubiera un mañana, muchos nervios y expectativas en las mesas, con la incertidumbre en las caras de casi todos, ante lo cual mi mujer se extraña de verme tan normal, pero es que estoy muy, muy tranquilo, sé que físicamente estoy muy bien, he crecido bastante en el último mes, y sé que el coco también es fundamental para esto y no me va a fallar, estoy muy bien mentalizado para lo que viene, con mis “trucos” habituales en ruta.
Ya estaba preparado mentalmente pero cuando se confirmó la desilusión de que mi compañero Jose Ros se perdía la prueba por lesión, le dí otra vuelta de tuerca a las neuronas para afrontarlo en soledad.
Despertador a las 03:30 h. porque el desayuno en el hotel empieza a las 04:00 h., aunque tras acostarnos pasadas las 11:00 h. prácticamente no pego ojo preocupado por si no sonara el despertador, imagina, después de tanto entrenar y la paliza del viaje, despertarte cuando ya hubiera empezado la prueba... seguro que no fui el único a quien le ocurrió.
Salgo del hotel, que está fuera del pueblo (pero como a 1 Km. de la salida), y a las 04:35 h. y en la zona de salida me sorprendo viendo que no hay mucha gente, tendré delante como a 100-150 participantes, y me doy cuenta que tal vez por la hora tan tempranera, la gente espera hasta los últimos 15 minutos para llegar a la zona de salida, apareciendo, eso sí, todos en tromba a la vez.
En otras pruebas incluso una hora antes hay mucha más gente “cogiendo el sitio”.
Tenerlo en cuenta para el futuro si váis, parece que 10 minutos antes o después marca cientos de puestos en la salida.
Hace unos 14º C, pero sé que se comienza subiendo unos 6 km. al 8-9% hasta alcanzar el túnel de Vielha, y conforme pase el día subirá la temperatura.
Conforman cajón de salida para los Pro´s e inicio a las 05:00 h.
En efecto, a unos 500 m. empezamos rampas de hormigón, con eso hay poco que explicar, algún paroncillo-ralentización que no llega a ser tapón por la propia velocidad a la que se sube, y vamos ascendiendo a todo meter con salpicaduras de agua y barrillo en algunos tramos, ya que los días anteriores hubo tormentas puntuales y también esta madrugada, así que tengo algo de incertidumbre respecto a cómo vamos a encontrar el terreno de embarrado.
A partir de aquí, el relato posiblemente omita muchas cosas e incluso confunda de lugar otras, porque con tantas horas de pedaleo se terminan mezclando las historias, la memoria no registra bien los datos (al menos la mía, hay otros más privilegiados) y algunas cosas no se ubican correctamente.
Una de las circunstancias que no podía controlar y que me inquietaba un poco era el asunto señalización y GPS.
La organización ya avisaba que no había ni una sola señal durante el recorrido, y que había de seguirse de forma autosuficiente por GPS.
Inicialmente, al tener previsto ir en compañía de Jose, no me preocupaba, pensaba llevar un cacharrico de postureo porque lo exige la organización (gracias a PacoJon y Zankas, que me lo ofrecísteis), pero que fuera indicando mi compañero el recorrido como acostumbra.
Pero al quedarme solo le dí muchas vueltas al asunto, incluso hice lo que nunca, revisar dos veces el recorrido por Google Earth para ver si había muchos cruces o aprenderme los más “equivocables”, sobre todo de la segunda parte, puesto que en la primera lo normal era ver gente siempre. Aunque es misión poco menos que imposible memorizar tantos km.
Así que la noche anterior decidí era apretar un poco en las dos primeras horas, con el fin de tener cuanta más gente por detrás mejor para que cuando yo tuviera dudas en cruces o la cagara desconfigurando el GPS por tocarlo sin querer o algo así, solo tuviera que esperar a que alguien me pasara para seguirle.
Es decir, no pretendía apretar para “ir delante” sino para “no ir muy atrás” y tener siempre gente que me orientara.
Y así lo hice, ayudándome además el hecho ya comentado de que me sorprendí llegando a la salida con poca gente por delante.
De manera que seguí el plan y durante las primeras dos horas apreté bastante por sensaciones, aunque sin poder ver los datos de F.C. en mi ciclocomputador por ser noche cerrada y llevar el foco en el manillar.
Ya en caso analizando datos en el ordenador, veo que fui al 100% de la F.C. durante los primeros 50 minutos, recordando haber aflojado cuando empieza a picar ligeramente hacia abajo dentro del túnel.
Al salir del túnel, se gira a la izquierda y comienza un tramo aún de noche, embarrado y pasando por encima de muchos cursos de agua, lo que será lo tónica habitual del día.
Sorprende la niebla y la humedad tremenda al empezar este tramo, y aunque la niebla no es cerrada y desaparece, la humedad acompaña varias horas hasta que el sol está ya en lo alto, con esa sensación de cuerpo empapado y que no refrigera bien.
El barrillo y piedras mojadas deslizantes hacen que lleve cuidado y no me fíe ni un pelo, aunque la gente me pasa como balas.
Incluso es peligroso bajar andando algunos tramos porque la cala sobre la piedra mojada resbala bastante.
En el primer y segundo avituallamiento de Vilaller y Gotarta (los avituallamientos y el “numero” de puerto son mi referencia durante el día, paso de saber km. u horas que llevo o que faltan) solo lleno el bidón, pero no la camel para evitar peso extra mientras aún no haga calor.
Pero entre ambos y tras la subida del segundo puerto, hay una bajada con ese nombre tan bonico de moda ahora: “single track”, que en murciano es senda estrecha de toa la vida, con mucha pendiente, suelo de tierra húmeda con raíces sobresalientes, serpenteante entre árboles, y además muy técnica, qué digo técnica, hijaputa de las buenas.
A las primera de cambio me veo en el aire, “salto” de la bici dejando que se estrelle sola, librándome por los pelos, la quito de en medio para que siga pasando gente que viene en grupos, bajo a pata unos tramos apartándome continuamente para no estorbar, y al poco de atreverme a montarme, reboto al superar una raíz en una curva, me voy fuera de la trazada, con la suerte de pararme un árbol con el hombro y quedarme enganchado de la mochila en una rama, de la que me tienen que soltar los que vienen por detrás.
Tras esos dos sustos, voy acojonado, bajando prácticamente todo a pata, quitándome del paso para facilitar a los que siguen bajando sin miedo.
Ya sabéis que hay dos forma de reaccionar ante estas situaciones, echarle huevos y superar el miedo, o lo que me pasó a mí, cagarme vivo e ir a peor porque bajas aún más bloqueado por temor a la próxima caída.
Empiezo a pensar que como haya más tramos de estos, menudo día me espera, aunque por otro lado pienso en positivo que si no me he roto nada en esos dos sustos, es que hoy me acompaña el Ángel de la Guarda.
Aunque la consecuencia de la bajada tan lenta es que no se compensa la media de velocidad de las subidas, o sea, que contra lo esperado, el planing de tiempos de paso se verá afectado.
Tenía una previsión de tiempo final y busqué en la clasificación del año anterior los tiempos de paso de participantes con ese tiempo final, haciendo la media de tres de ellos, que llevaba anotados en el perfil.
En el primer avituallamiento llevaba 25 minutos de adelanto, normal sabiendo el apretón que pegué en las subidas de las primeras dos horas, pero en el segundo y tercer avituallamientos llevaba 5 minutos de retraso (en ambos), por lo que empecé a dudar de poder cumplir mi previsión final de 15 h 15 min. a una media de 14 km/h.
El cuarto puerto, Peranea, tiene un piso más estable, menos pedrusquero que los anteriores.
En las primeras horas pasas por encima de muchos pequeños cursos de agua, que te salpican, hasta que llegas a otros que has de cruzar pedaleando y te empapas los pies hasta el tobillo, con tantas horas por delante, pienso en que debiera haber calzado escarpines, aunque con previsión de calor (y sin saber lo que viene de ciclar y caminar por riachuelos) sé que se secarán.
Tenerlo en cuenta sobre todo si participáis con tiempo frío, llevar los pies protegidos.
Tercer avituallamiento en Esglésies y primera fuente donde meto la cabeza para refrescarme, sé que esto me funciona y lo tengo previsto cada vez que pueda.
Son casi las 11:00 h., llevo 6 horas y lleno la camel por vez primera, en los anteriores solo llené el bidón, pero a partir de ahora repostaje a tope de líquido en todos los avituallamientos.
Toca el Coll D´Oli, del que no recuerdo gran parte de la subida, solo el tramo final en el que prácticamente ciclas campo a través por la hierba hasta que es necesario patear los últimos 5 minutos para superar rocas... y cuando lo haces, ves que la gente sigue igual por delante a mucha distancia, superando una y otra vez con porteo las distintas formaciones rocosas, bloques de piedra, escalones, lajas...
Hay veces que consigues montar 30 ó 50 m., hasta que es obligado bajarse nuevamente... en fin, una sorpresa inesperada que vuelve a hacer perder tiempo y alterar la media prevista, porque tiene huevos tardar más bajando que subiendo.
Cuando parecía que ya dejabas atrás los pedruscos, venía un trozo de senda embarrado deslizante, otro curso de agua, otra vez pedruscos, luego una cascada que caía al pasillo (no lo es, pero tipo calzada romana) por donde circulabas, por lo que ciclabas por el cauce del agua en el mismo sentido, luego se complicaba por pedruscos gordos y seguías caminando por el agua por el tobillo...
Menuda trampa el Coll D´Oli, en este plan como durante 1 hora.
Algunos sienten la lluvia. Otros simplemente se mojan.