El fin de semana en la comarca leridana de la Noguera no podía empezar mejor al ver el careto de desilusión que se les quedaba a los culés que presenciaban el Sevilla-Barça, en el bar de Balaguer donde estabamos cenando cuando, a falta de 5 minutos empató el Sevilla. Y es que no pudo sentarme mejor ese pedazo de pizza peperonni como recarga previa de hidratos porque, al levantarnos el domingo de la prueba a las 6 de la mañana, no tenía mucha gana de desayunar, raro en mi, que me levanto dando bocados a la almohada.
Aún así Humber y yo nos pertrechamos y abandonamos el hotel buscando el bar Viña que, según nos díjo la señora de la recepción, sería el único abierto a esa hora.
Un par de tostadas, un café y de camino al Camping la Noguera, a 8 km. del hotel donde nos alojamos en la localidad de Balaguer, y punto de partida de la Noguera Bike Race.
Como habíamos recogido el dorsal la tarde de antes, fue cuestión de bajar del coche la herramienta de trabajo, un poco de lubricante (a la cadena, mal pensado!!) y a hacernos un par de fotos previas a la salida en ese entorno alucinante en el lago de Sant Llorenç de Montgai, que se encuentra a orillas del camping rodeado del verde característico de la zona.
“Mucho Pro”, me decía Humberto. Y es que alrededor de tanto zagal joven, pareciamos fuera de lugar allí. Y es cierto, la media de edad de los corredores parecía bastante más baja de la que nos podemos encontrar en las marchas que hacemos por aquí abajo.
Bueno, al tema. Salida neutralizada de 3km hasta que salimos del pueblo de Sant Llorenç y empieza la pista de tierra y comienzo a la primera cota del día que nos llevaría hasta la ermita de Sant Cap. Subida por pista con un desnivel llevadero salvo los últimos 600 metros donde la cosa se levanta unos cuantos grados por una senda muy pedregosa y técnica. Pero bueno, solo 600 metros. Primer calentón si, pero tenemos más de 20 minutos para reponernos, ya que nos embotellamos más de 100 bikers en fila india, totalmente parados, cargando con la burra a cuestas para escalar el peñasco que da lugar a lo que iba a ser la tónica habitual de la jornada: después de cada subida por pista, una bajada por senda con trialeras, y algunas de aupa. Y así se repitió una tras otra en cada subida.
Sendeando por sube y bajas, pasando por pueblos sin nadie en las calles (se me hacía raro), un par de avituallamientos, llegamos al km 25 y empieza la subida fuerta del día: Els Picons, un gigante al que hay que llegar después de salvar 700 m de desnivel a un 12% de pendiente media. Siempre nos fijamos en la subida fuerte porque es la que visualmente resalta en el perfil, y parece que preparamos la prueba pensando solamente en “la gran subida”, así que como iba preparado y la ancha subida por pista lo permitía, puse mi ritmico entre el 80-85% de mi frecuencia cardiaca y pin-pan-parriba. Aquí fue donde empece a ver el primer rosario de acalambrados, a los que fui pasando deseándosle lo mejor.
Una vez llegada a la cima, era el km.35 y llevaba ya 1.600 m de acumulado. Inocente de mi pensé, “esto está to hecho”. Estaba sorprendentemente fresco, bien alimentado, diría que jodidamente bien alimentado, ya que cada 15 minutos me sonaba la alarma me echaba algo a la boca y bebía. Gracias gran Aluking por tus sabios consejos.
Una vez coronado me disponía a hacer los 12 km de descenso “a tumba abierta”, pensé. Ay!!! lo que vino a continuación lo recordaré para siempre: y es que tardé menos en subirlo que en bajarlo. Y es que la bajada de los primeros 7 km fue por una tortuosa senda revirada, totalmente suelta, estrechísima de apenas 30 cm y excesivamente técnica para mi nivel, en bastantes tramos propia de una prueba de descenso.....que me puso en mi sitio, vamos. Tanto que, al querer hacerme el valiente, no pude resistirme en comprar una parcela en tierras leridanas. Chapa y pintura, pero a la máquina empezó a salirle un ruido sospechoso en el (creo) buje de la rueda delantera.
Después de esa bajada me encontré a un biker en el suelo tirado totalmente acalambrado que no puede moverse. Se llamaba Xabi (no sé si con “b” o con “v”). El caso es que le ayudo a estirar y a recuperarse minimamente. Me cuenta, con los ojos llorosos, que llevaba todo el invierno preparándose la prueba y que tiene que acabarla como sea. Pero no. No la va a poder acabar porque una de las veces se cae porque no puede doblar las piernas, así que nuestros caminos se separan en el siguiente avituallamiento donde, totalmente hundido, decide abandonar.
Sigo solico. Alto de Alberola, subo bien, bajo sufriendo por esas sendas sueltas con tramos jodidamente no aptos para mi. Lo mismo en la subida a la Font de la Mora, precioso entorno, por cierto. Aquí la bajada es más corta pero igualmente insufrible por esas sendas técnicas diabolicamente diseñadas por el peor de mis enemigos. Aquí conozco a Emilio, un tio de Mallorca que lleva la rueda delantera totalmente descentrada a raíz de una caida y que me cuenta que ha destalonado 4 veces ya, y que por sus cojones acaba aunque sea sin cubierta.
En el avituallamiento de Os de Balaguer, me informan que el último está a más de una hora detrás mía, cosa que me apena, acostumbrado a lidiar con los bici-escoba
El resto de subidas, idem de idem: el 60% aproximadamente del recorrido era por sendas. El patrón de la prueba era: subida por pista, bajada por senda. Esa fue la norma general. Las sendas muy exigentes técnicamente hablando, muy estrechas y con el terreno muy suelto de arena y piedras, lo que me hacía echar el pie a tierra infinidad de veces.
Los últimos 10 km. los hice parando varias veces a dar aire a la rueda trasera que perdía aire no se porque razón. Esto y la acojonante última senda me ralentizaron bastante. Era una senda en la que teníamos que ir la bici y yo uno encima del otro porque uno a lado el otro no cabiamos en la senda debido a su estrechez y al acojonante cortado de 40 metros de caida libre que había a la derecha. Con el vertigo que me dan estas cosas….pa rematar el día.
Acabe fisicamente muy bien, nada de calambres ni amagos, de la tendinitis que padecí este invierno, nada de nada. Hubiera seguido unos km más, pero eso sí…….por senda no, por favor.
CONCLUYENDO
La prueba es dura, pero eso ya lo sabía, 90 km y 2.800 metros de desnivel no es para menos, pero es una prueba de un nivel técnico exigente, demasiado para el biker medio. Los más de 60 bikers que empezaron y no acabaron por diversas causas lo certifica. Más del 10% de los que empezamos a las 8:30 de la mañana.
Si bien el recorrido no me ha gustado, tengo que reconocer que estaba muy bien señalizado, cuentan con un plus que es el entorno natural, había suficiente gente en los cruces (sin pasarse tampoco), lo de que en cada cruce haya una bomba de aire de pie me parece algo genial (esto es una propuesta para la Integral) pero tengo que advertír una cosa que no me ha gustado, y aquí si que les ganamos por goleada, y es esa prisa por acabar la prueba…..los tiempos de corte escrupulosos, la gente en los avituallamientos deseando acabar, la meta desangelada para los últimos bikers (solo aplaudian precisamente los propios bikers que llegaban y se quedaban a animar a los que llegaban tras ellos, los pros ya estaban en el sofa de su casa), la organización recogiendo toda la infraestructura con los últimos bikers en el monte todavía...en definitiva, me dio esa impresión de que lo que le importa a la organización son los que corren rápido y llegan pronto, los demás parece que sobramos. Pienso que eso deberían cuidarlo más. Es el segundo año que hacen la prueba y se deben dar cuenta que una prueba se hace grande gracias a gente como Xabi, Emilio o Humberto, bikers del montón, como el que escribe estas letras, que nos cuesta mucho acabar las pruebas porque no somos geneticamente superdotados para la práctica de este deporte que tanto nos gusta y tenemos que compensarlo con ilusión, trabajo y esfuerzo.
Capi, aquí la tienes. ;-)
LEGIONARIO Y CENTURION POR LA GRACIA DE LA CABRA
"EL CAGAPRISAS"