Pues nada, esta es la crónica de un día glorioso de polvo, sudar y fiesta... y digo lo de fiesta, porque cuando uno está con amigos y disfrutando eso es una fiesta...
Gracias a Shayloc y Guga, por liarme un año más en esta aventura, al gran Ñapas por cuidarnos tan bien, al CAPITAN Tomipike, por no dejarme solo en ningún momento, a Menguí por aguantar mis bromas y pasarse al club de los Cagaprisas.... jajajajaja y sobre todo a José Miguel, da gusto aprender de gente así y a los CUÑAOS, de Pacheco, gente de primera y de un trato afable y muy positivos y por último a nuestro incansable Arusa, siempre dispuesto y a Román, sin el cual no podría haber quedado entre los primeros, jajajajaja.
Pues nada, tras el paseo protocolario, destacar el momento de orgullo CABRERO, cuando voy paseando por Ronda, con mi camiseta negra del PowerGoat y se me acerca un grupo y me dicen que son asiduos a la Integral y que están muy orgullosos de tener una prueba en Murcia que no tiene nada que envidiar a la Rondeña. Los pelos como escarpias, sin palabras, doy tres pasos y se me acerca otro con el mismo cuento y cuando llego al Tajo de los enamorados, junto al parador, se me acerca un tío de dos metros, que me dice que ole nuestros cojones por la prueba que tenemos en Murcia, y que está pre-inscrito y loco por saber si pilla plaza.
Tras engordar en el orgullo nos vamos para casa y nos regalamos una maravillosa cena de la pasta privada y adaptarme a la cama, nos levantamos a las 7 a toque de corneta legionaria.
Sobre las 9 nos encontramos con Manolo en el estadio y tras los minutos de espera empezamos la carrera entre muchos nervios y mucha gente... Una pena no ver a más cabras en la pista, pero este año, primaba más salir por delante que lucir nuestros colores...
Esto de no ir los últimos es un atraso, pues este año hemos tenido que aguantar tapones, paradas caídas en grupo, peleas entre la peña por empujarse, una pena.
El principal problema de la peña, es que no sabe montar en bici, no entiende que el que va delante tiene preferencia y que si lo adelantas lo tienes que avisar, aunque después te quedes afónico como es mi caso, pero bueno para gustos colores.
Por fin dejamos el asfalto y en profesión empezamos a pisar el albero unos 7.500 participantes, una locura de participación donde afortunadamente cada vez se ven más mujeres y muchas murcianas, todo un lujo.
Camino de Arriate, las cabricas volaban y el polvo te entrada por todos los poros, empezaba a apretar el calor, pero para nada lo del año pasado, incluso una ligera brisa nos refrescaba la mañana. Una vez llegamos a Arriate empezamos el primer calvario, el primer pescozón que marca las diferencias, pero con tanta gente, en algunas ocasiones, aunque pedías por favor que te dejaran la zona limpia los que iban haciendo empujin.. No había manera y no te quedaba otra que tirarte al monte o por la zona destrozado, o lo que era peor al suelo...
Yo tuve mucha suerte y pude coronar el avituallamiento del Aljibe sin problemas, otros compañeros no tuvieron la misma suerte, ya teníamos 31 km en el bolsillo y tras una bajada vertiginosa, tuve un par de encontronazos con algunos que casi me dan el día adelantando sin avisar en una zona estrecha y quebrada, pero bueno es lo que tiene esta prueba, el mayor problema no es el terreno sino la gente.
Pasado Alcalá del Valle nos estaba esperando nuestro cuidador personal, el gran Ñapas, con agua fresca y ese pedazo de bandera de la Cabra, no te puedes imaginar el gusto que daba verla a lo lejos...
Quedamos con él en Setenil de las Bodegas, pero problemas con el tráfico le impidieron acudir a su cita, nosotros empezamos a subir el segundo pescozón con 36.5 grados de temperatura, diez grados menos que el año pasado y eso nos dio ventaja y alas para superar los nueve kilómetros de subida, con zonas en muy mal estado, en el avituallamiento de Setenil, nos comimos un par de sangwis y unos trozos de chocolate que nos dieron la vida hasta coronar el puerto, donde fue un placer reagruparnos en el avituallamiento y proseguir nuestra ruta hacia el Cuartel de la Legión, punto de encuentro con nuestro "Avituallamiento especial" con cerveza fresquita, melón, pasta y mucho cariño... jajajaja
74 km conseguidos el cuartel a nuestros pies, esto pintaba muy bien, a penas notábamos el cansancio, aunque sabíamos que nos esperaba lo peor, 1000 metros de desnivel acumulado en 22 km y algunos tramos impracticables, pero llevábamos el ánimo por las nubes y a nuestro Capitán Manolo abriendo fuego en el pelotón, tras media hora perdida en el cuartel buscando a Román, que debíamos incorporar al grupo por problemas estomacales y que había desaparecido empezamos de nuevo a dar pedales, y en el km 87 cuando enfilamos el inicio de la cuesta de La Ermita, observamos atónitos una marea de bikers y runners como si tuvieramos un desfile pasional delante, tras esquivar todo lo posible tuvimos que echar el pie a tierra en las rampas del 20%. pues ni se ladeaban los corredores ni nosotros teníamos fuerzas para gritar, pidiendo paso, por lo que tuvimos que hacer el corto pero intenso tramo del 20% a patica y con buena cara, ya en la Ermita, abrazos, alegrías y un montón de paisanos saludando a la Cabra, con el respeto que se merece.
Hasta Benoajan un paseo, y a partir del km 87, el maravilloso GR, este año, se me ha echo más corto que otros años, no sé, tal vez, porque iba mentalizado de apretarme en todas las subidas y esperar arriba y no me dio tiempo a pensar en lo que me quedaba, pero los dos pescozones del GR, muy bien, el primero a patica, pues ese sendero se lo dejo a los PRO que tienen que ganarse el sueldo, yo a disfrutar del paisaje y la compañía con mi gran Antonio y el segundo muy bien, metiendo hierros y apretando el culo hasta el final.
Tras coronar el GR, bajada muy suelta y más IZQUIERDA, DERECHA, CENTRO.... y en el pescozón de un km que hay antes del Cachondeo, noto un pequeño pinchazo en los tendones traseros de la rodilla, un electrolito y como nuevo.... jajajajaja, divinas pastillas para el agua.
El cachondeo de un tirón, reagrupamiento en la muralla de Ronda y entrada triunfal con toda la grupeta, menos Mengui que nos abandonó, pero con el Gran Conene, al que encontramos por el camino y fue todo un placer contar con su compañía y apoyo
Bueno, menudo rollo os he metido, no quiero terminar esta crónica sin resaltar lo alucinante que es esta prueba, no por la implicación de todos las personas que te dan ánimos en las distintas localidades por las que pasas, sino por la experiencia humana que es ir conociendo kilómetro a kilómetro a gente maravillosa que acepta este reto de superación personal, como algo único e irrepetible de vencer a la adversidad.
Nos vemos por el monte.