Y ahora algunas fotos que la verdad, poco pueden ilustrar lo vivido, sobre todo porque están tomadas por nuestras chicas en algunos avituallamientos, que lógicamente no reflejan la realidad del recorrido.
La Cabra tras acreditarse:
Entrada a uno de los pueblos con avituallamiento:
Las sonrisas de los aborígenes con el "efecto bocina":
Como decía la canción, "
a-calorado, estoy, dime tú lo que me has da-do..."
Bebiendo, como siempre, hasta completar casi 13 litros de líquido durante la prueba:
Aquí el tío que no suda ni bebe agua, y que necesita 100 km. para calentar y encontrarse a tope:
Descanso y bocata de jamón en Cortes de Arenoso, km. 124, tras pasar mi momento malo del día del km. 114 al 115, superada tras parar unos minutos en el avituallamiento líquido de la cumbre (bueno, también tenía una bolsa de frutos secos de donde podías coger un puñado), tomar un gel y tener un respiro de unos 9 km. sin subidas.
Más avituallamiento personalizado en Zucaina (km. 148), entre el Calvario y el lavadero, cagándonos ya en la madre que parió a Panete tras tantas trampas de pateo, y mirando el perfil, del que ya no nos podíamos fiar ni un pelo.
A punto de cruzar la meta, tras 17 h 08 m. de paseo.
Esta parece artística, pero es que salió así, cosas del directo:
En un día tan largo hay tiempo para todo, también para tomarnos 3 segundos de cabreo en meta, reprochando a la Organización la deficiente señalización que nos hizo perdernos durante la noche.
Y pasados ya esos 3 segundos de cabreo, hora del relax y de la satisfacción por la experiencia compartida.
Este es el tipo de imagen que tras un día así no tiene precio, más que verla, la siento.
Las heroínas del día, del fin de semana y del año (anda que no han tenido que aguantar ausencias y renunciar a planes de fin de semana por nuestras largas, largas, jornadas de entrenamiento.
Sin ellas nada hubiera sido igual.
Casi estaban más contentas que nosotros, no sé si por orgullo de sus machotes, o por pensar que ya íbamos a cambiar bici por tumbona en todo lo que queda de año...
Y el equipo al completo:
El día siguiente tampoco estuvo mal. El descanso del guerrero:
Algunos sienten la lluvia. Otros simplemente se mojan.