LOS 10.000 DEL SOPLAO 2016
PRÓLOGO PERSONAL.-
Afrontar el reto de una prueba como los 10.000 del Soplao, no es una tarea sencilla sea cual sea el punto de vista desde el que se mire, laboral, familiar, logístico, económico, deportivo, personal, de amistad. Son muchas las variables que pueden influir, y que, como en un castillo de naipes, la última carta que coloques, pueden hacer caer al resto, dando al traste con tanto tiempo de preparación, sacrificio y dedicación.
Lo primero que tuve claro, que “los 10.000” para mi serían UN OBJETIVO, jamás una obsesión. Mi forma de pensar ha sido que “hay que trabajar para conseguir los objetivos, pero jamás obsesionarse con ellos”, puesto que, el no conseguirlo lleva a la frustración personal. Por eso desde el primer momento, la tarea que me impuse fue leer a los “clásicos” (Aluking, Quiyo, Jose Ros… y resto de Xtremers Soplaos, Irongoaters), sus experiencias, sus vivencias, sus flaquezas, sus rearmes morales ante la aparición de los propios demonios interiores, los cuales han sido determinantes, primero para encarar este reto y finalmente acometerlo con éxito.
“Hay que conocer para saber”, este foro es una herramienta y una fuente muy valiosa de información, conocimiento y sabiduría biker para “seres humanos de carne mortal” como somos la inmensa mayoría, que nos gusta vestirnos de ciclistas y recorrer las montañas, sendas, ramblas y cualquier camino no asfaltado que nos saque de nuestra rutina.
Esa información te ayuda a calibrar con verdadera objetividad cual es el reto y objetivo que pretendes alcanzar.
En segundo lugar, y después de tener claro cual es el objetivo marcado, hay que tener UN PLAN (con tiempo) para acometerlo. Los planes no se pueden improvisar, no es como hacer una salida por el valle, coges la bici te montas, das pedales, tienes un rotura o te cansas, llamas a un amigo o familiar y va recogerte y listo). 164 kilómetros y casi 5.000 metros de desnivel positivo, (y añado yo, cada metro de su padre y de su madre, ya que no hay uno igual, y a cual de ellos más “hijoputa”), requiere de una buena planificación. Los planes no consisten solo en entrenar, entrenar y volver a entrenar. La planificación consta de muchos detalles, grandes, como puede ser, cuándo y cómo te vas a ir, donde te vas a alojar…, y pequeños, como puede ser una simple gamuza o pañuelo para limpiarte las gafas o lo que sea…
Como corredor novato de este tipo rutas (Xtrems), mi planificación arrancó allá por el mes de noviembre de 2.015, cuando tuve claro que “los 10.000 del Soplao”, sería mi objetivo para este año 2.016. En ese momento, el “viejo judío”, estaba en 104 kilos de báscula, más bien para participar en la categoría de “pesos pesados” del ring que para ir subido encima de una bici.
Un error muy común que se comete, por quien tiene ese tipo de objetivo a casi 7 meses vista, es que piensa, que dejándose el pan y la cerveza y haciendo varias salidas a la semana, se rebaja de peso, y enseguida puede llegar a lo que cree, que puede ser su peso.
De nuevo otro error. Las primeras salidas entre semana y las largas de fin de semana, acababan siempre delante de una fuente de delicias varias de recortes de marrano, o de una paellera de arroz y conejo con caracoles serranos, todo ello bien regado con zumo de uva o cebada previamente fermentada, por lo que si habíamos perdido esa mañana 2 ó 3.000 calorías, por el esfuerzo, luego habíamos repuesto del orden de 5 a 6.000 calorías, entre aperitivos, cervezas postres…, Al final se convertía en “lo comido por lo servido”, o en nuestro caso “lo perdido por lo repuesto y algo más”
Con el paso de tiempo, y con las salidas de fin de semana (y alguna entre semana) me ayudaba a mantenerme en los 104 Kgr, y obtener algo de fondo de resistencia, por lo demás, lo que notaba encima de la bicicleta era que las subidas con esos kilos de más, se pegan y mucho, y se llevan dos mochilas, una el camelback a la espalda, y la otra la “panza-front”.
Se pasan dos meses, y el peso sigue sin bajar del baremo 102-104. Estamos a finales del mes de enero de 2.016, sigo montando en bicicleta pero el comer es superior al montar, y decido que hay que ponerse en manos de profesionales, un nutricionista deportivo, alguien que entienda cual es el reto que tienes por delante, el entrenamiento que vas a seguir, y cómo has de perder peso, sin morir en el intento o tirar la toalla a las primeras de cambio. El peso lo debía perder como consecuencia del esfuerzo, pero sin debilitar mi sistema de defensas. El buen hacer de mi dietista, el cómo quería y debía de perder peso, y los resultados que se van apreciando con el paso del tiempo, te impulsan a seguir la línea marcada.
Entre dieta (regular, que no espartana) y una línea de entrenamientos que debía compaginar con trabajo y vida familiar, me planto a finales de febrero de 2.016, en 99 kilos. Menos 5 kilos, en poco más de un mes, sin pasar hambre y aprendiendo a comer desde ese momento.
Con esos 5 kilos menos, me voy notando mejor tanto físicamente encima de la bicicleta, como técnicamente.
Las salidas son dos entre semana y una larga sábado o domingo, según se tercie, o bien dos cortas en esos días.
Es final del mes de Marzo, y el control semanal por mi dietista va dando sus frutos, he pasado de 99 a 95 kilos, a 1 Kgr. por semana, estoy en mi barrera psicológica, de todas la veces que me he puesto a dieta por mi cuenta, jamás había podido bajar de ese registro maldito “95”, “95”,”95”, “95”.
Es el mes de abril, después de Semana Santa, y en la primera semana,¡ zas, 93 kilos,¡ ¡esto marcha¡, sigo con lo marcado. Primero decir cuantos entrenamientos voy a hacer y qué días, duración, y distancia aproximada, y en función de ello, se fija la dieta. Y así llego a finales del mes de abril, y en la revisión, final, la báscula marca 89 kilos.
He perdido 15 kilos, desde finales del mes de enero hasta finales del mes de abril de 2.016. Aunque por mi talla y estatura mi peso ideal son 80 kilos, creo que mantener estos 15 kilos menos, es suficiente para afrontar el reto. Además debo remodelar todo el vestuario tanto deportivo como de calle. De la talla XXL, a la xL, tengo que cambiar pantalones, camisas, chaquetas, por un lado, culottes y maillots por otro. Mis primeras prendas de la cabra me hacen pliegues y arrugas por todos sitios, menos mal que gracias a Pakito y a GUGA, las nuevas equipaciones del club, llegan justo a tiempo, y tuve la previsión de pedirme un tallaje menor que aquellas, que sí me queda ajustada como un guante.
Las salidas presoplao de los fines de semana, las salidas entre semana (mínimo 2 de lunes a viernes), parecen haber dado su fruto, rebaja sustancial del peso, aumento de la resistencia encima de una bici, la preparación física se ha completado.
Pero a parte de lo físico, lo que siempre me ha llamado la atención de las lecturas de mis/los “clásicos” acerca del Soplao, ha sido siempre, la “cuestión MENTAL”, que es incluso más importante que la física. Hay que estar preparado ante cualquier eventualidad, no dejarte llevar por las contingencias y, plantar cara a las adversidades que se te plantean sean del tipo que sean. Por ejemplo, los cambios bruscos de tiempo (climatológico se entiende). En la edición de este año, salimos con apenas 11 grados, a las 2 horas una niebla-nube baja y una subida de 7 grados, luego sol y calor intenso con una humedad altísima, más tarde nublados tormentosos, a continuación viento racheado, más tarde tormenta de agua, granizo, truenos y relámpagos, para pasar a las nieblas más frío y terminar despejando, todo ello en poco más de 14 horas. Para los que venimos de un clima seco y regular como Murcia, que las cuatro estaciones del año, pasen en 3 horas y poco cada una, equivale a que cuando duermes, te estén despertando cada hora. Te desconcierta de tal modo y manera, que casi terminas por mandarlo todo a tomar…. ¡Viento¡.
Así que, la única manera de superar estos obstáculos añadidos es tener una buena fortaleza mental, y adaptarte al medio lo antes posible, quitando o poniendo capas según sea necesario, para que el cebollino (o sea uno mismo) sufra lo menos posibles esos cambios.
En tercer lugar, SUERTE. Puedes tener la preparación física de un titán, y la fortaleza mental de “Jedai”, ¡pero macho¡ ¡como la suerte sea contraria a ti, vas listo¡. Navegar entre 5.000 tíos (este año 5.013 bikers), sin chocarte, sin que te choquen, sin que te empujen, sin que tiren, sin que te comas al que va delante de ti, sin que te coma el que va detrás de ti, sin que te caigas tú solo, sin que te despistes, sin que pinches, sin que tengas averías mecánicas, sin que……….. (pon lo que se te venga a la cabeza). Es todo cuestión de tener “Buena Suerte”, si te pasa cualquier incidencia de esa, y puedes continuar hasta el final, o no tener la “Mala Suerte” de que te pase nada y no tengas que abandonar, como nos ocurrió a la grupeta de la Cabra.
Con esos tres ingredientes, este viejo judío se fue al INFIERNO CÁNTABRO, cual nuevo Dante Aligheri…..
(continuará)…….