Y es que no imagináis las complicaciones de Quiyo para fijar fecha, con tantas presiones de pruebas que quieren evitar la coincidencia.
Los Cántabros, que siempre celebran su reto el tercer fin de semana de mayo, ya le han pedido que deje al menos dos semanas de margen.
Los Legionarios, que lo hacen la segunda semana, también están enviando rogativas en el mismo sentido, e igualmente los Penyagolosos del primer fin de semana de junio...
En fin, que según cuenta el vocal encargado de encajar el calendario de la Federación, el Quiyo está valorando hacer la próxima edición invernal, entre diciembre y febrero, evitando conflictos con otros retos, y facilitando hacerla en autosuficiencia, sin avituallamientos, porque al no hacer calor no sería necesario el aprovisionamiento de tantos litros de líquido por participante, y con repartir tres o cuatro plátanos por cabeza en la salida estaría el asunto resuelto.
Algunos sienten la lluvia. Otros simplemente se mojan.