Siguiendo las indicaciones de Angel Ortiz Martínez en el libro de"Excursiones por el Municipio de Murcia" y las de J.F. Cerezo "Rutas por Murcia" he salido esta mañana temprano,aunque la ruta era corta, para evitar el calor del mediodía. La meta era la pedanía de Monteagudo (el monte acutum para los romanos) y visitar, por afición a la historia, los 3 castillos árabes que se levantan en tres lomas de este pueblo: el propio de Monteagudo, el Castillejo y el castillo de Larache. Para llegar no he seguido el rutómetro del libro ya que éste recomienda salir desde la Plza. Juan XXIII y coger la Avda. de Zarandona o "Camino Viejo de Monteagudo", por lo que he ido siguiendo la margen izquierda del Segura hasta llegar un recodo previo a su unión con el Reguerón, desde donde rodando por veredas y callejuelas de huerta me han llevado, atravesando Casillas, hasta el punto de partida siempre con el inmenso Cristo del castillo observándome desde lo alto:
Desde la base de la fortaleza, subo por la empinada Calle de la Cuesta de la Ermita, pero compruebo que al llegar a esta Ermita, la calle se convierte en unas escaleras y deja de ser ciclable, por lo que doy la vuelta y rodeo el castillo para subir desde su cara norte, desde la que se puede ver su sistema defensivo inexpugnable:
Tras remontar una empinada cuesta llego a un mirador desde donde se nos ofrece una buena vista de la huerta y sobre todo, de toda la cadena montañosa del Valle y Carrascoy, desde Los Ramos hasta Carrascoy mismo, pasando por el Miravete, la Cresta, el Relojero, etc.
Tras la foto de rigor, al bajar por la misma cuesta por la que se sube, se ve el siguiente castillo, en un pequeño cabezo cercano, es el Castillejo o Palacio de Castellar delIbn Mardanish (el Rey Lobo para los Cristianos). Un palacio fortificado almorávide del s. XII al que se llega por senderos de huerta.
Tras atravesar una pequeña trialera se llega a los propios muros del castillo, pudiendo observarse su interior.
Y no lejos de él, se encuentra el Castillo de Larache, peor conservado que los otros y con un valla que impide meterse en él, por lo que me tengo que conformar con visitarlo por un sendero que lo rodea.
Para terminar, llego al Parque de los Polvorines, una zona de recreo muy divertida, con saltos y rampas, en medio de un amplio bosque de pinos y palmeras.
Para otro día queda, la subida a la Sierra de la Mina que se levanta desde los Polvorines y por la que se ven algunas sendas que llevan a la cima.
Desde la base de la fortaleza, subo por la empinada Calle de la Cuesta de la Ermita, pero compruebo que al llegar a esta Ermita, la calle se convierte en unas escaleras y deja de ser ciclable, por lo que doy la vuelta y rodeo el castillo para subir desde su cara norte, desde la que se puede ver su sistema defensivo inexpugnable:
Tras remontar una empinada cuesta llego a un mirador desde donde se nos ofrece una buena vista de la huerta y sobre todo, de toda la cadena montañosa del Valle y Carrascoy, desde Los Ramos hasta Carrascoy mismo, pasando por el Miravete, la Cresta, el Relojero, etc.
Tras la foto de rigor, al bajar por la misma cuesta por la que se sube, se ve el siguiente castillo, en un pequeño cabezo cercano, es el Castillejo o Palacio de Castellar delIbn Mardanish (el Rey Lobo para los Cristianos). Un palacio fortificado almorávide del s. XII al que se llega por senderos de huerta.
Tras atravesar una pequeña trialera se llega a los propios muros del castillo, pudiendo observarse su interior.
Y no lejos de él, se encuentra el Castillo de Larache, peor conservado que los otros y con un valla que impide meterse en él, por lo que me tengo que conformar con visitarlo por un sendero que lo rodea.
Para terminar, llego al Parque de los Polvorines, una zona de recreo muy divertida, con saltos y rampas, en medio de un amplio bosque de pinos y palmeras.
Para otro día queda, la subida a la Sierra de la Mina que se levanta desde los Polvorines y por la que se ven algunas sendas que llevan a la cima.